El agua es un recurso vital para la supervivencia humana y el desarrollo económico, a medida que la población y la economía crecen, aumenta la demanda de agua, mientras que la disponibilidad de este recurso se mantiene constante. A través de una buena gestión del agua y de un adecuado saneamiento, se puede ayudar a combatir la pobreza y al mismo tiempo disminuir los esfuerzos y recursos que actualmente se invierten como consecuencia de una inadecuada gestión.